El hombre del que se habla se llama Gilberto Araujo, empleado de un lavadero de autos, que según creían sus familiares murió por una bala perdida en un tiroteo.
Gilberto se enteró de que su familia lo creía muerto gracias a que se encontró a un amigo en la calle y sorprendido este se lo comento, y obviamente Gilberto llamo a su familia para negarlo, pero nadie contesto al teléfono y fue a su casa, tratando que se trataba de una simple broma, así que decidió ir personalmente a su velatorio.
“Un amigo me dijo que había un féretro y que yo estaba dentro. Entonces le dije, “pero yo estoy vivo, ¡pellízcame!”, contó Gilberto.
Uno de los hermanos declaro que la familia no lo veía desde hacia 4 meses, “Gilberto sólo aparecía algunas veces por año y pasamos mucho tiempo sin verlo. Vive en Alagoinhas, pero cada día está en un lugar diferente” Comento.
Poco después descubrieron que el cuerpo que estaba en el féretro pertenecía a un indigente de 34 años que se parecía bastante a Gilberto, seguidamente se contacto con la familia del indigente y se practico unas pruebas de ADN para estar 100% seguros que esta vez entregan bien el cuerpo a la familia adecuada.
El hombre del que se habla se llama Gilberto Araujo, empleado de un lavadero de autos, que según creían sus familiares murió por una bala perdida en un tiroteo.Te recomendamos Todo sobre Golf
Gilberto se enteró de que su familia lo creía muerto gracias a que se encontró a un amigo en la calle y sorprendido este se lo comento, y obviamente Gilberto llamo a su familia para negarlo, pero nadie contesto al teléfono y fue a su casa, tratando que se trataba de una simple broma, así que decidió ir personalmente a su velatorio.
“Un amigo me dijo que había un féretro y que yo estaba dentro. Entonces le dije, “pero yo estoy vivo, ¡pellízcame!”, contó Gilberto.
Uno de los hermanos declaro que la familia no lo veía desde hacia 4 meses, “Gilberto sólo aparecía algunas veces por año y pasamos mucho tiempo sin verlo. Vive en Alagoinhas, pero cada día está en un lugar diferente” Comento.
Poco después descubrieron que el cuerpo que estaba en el féretro pertenecía a un indigente de 34 años que se parecía bastante a Gilberto, seguidamente se contacto con la familia del indigente y se practico unas pruebas de ADN para estar 100% seguros que esta vez entregan bien el cuerpo a la familia adecuada.
Un hombre apareció vivo en su propio velatorio
El hombre del que se habla se llama Gilberto Araujo, empleado de un lavadero de autos, que según creían sus familiares murió por una bala perdida en un tiro
meganicho
es
2025-01-30


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