Cada día conocemos el nombre de alguna nueva enfermedad o infección que creíamos extinguida y que por el contrario sigue viva y con fuerza, gracias en parte a la emigración e inmigración de las personas.
La tularemia, también llamada “fiebre de los conejos”, es una enfermedad de carácter infeccioso, tan peligrosa como la viruela o el ántrax, cuyos síntomas son muy similares, y habitual en el noreste de Estados Unidos, Europa y Asia.
Fue descubierta en 1911, cuando la epidemia contagió a numerosas ardillas que aparecieron muertas junto al lago Tulare (California, EEUU), lago del que tomó su nombre.
La bacteria que la provoca es la Francisella tularensis y debido a su fuerte resistencia medio ambiental (resiste el frío a temperaturas bajo cero), la convierten en una amenaza para la salud pública. De ahí, que durante los meses de invierno sea más complicado obstaculizar su infección.
Además, se trata de una enfermedad muy contagiosa y aunque reside principalmente en roedores, ratas y conejos, es fácil de trasmitir a través de la inhalación o ingesta de agua o comida contaminada, por la picadura de algún insecto o simplemente con el contacto físico entre una persona y una animal infectado, ya que también puede afectar a animales domésticos y otros mamíferos como aves, reptiles y anfibios.
Su peligrosidad es tal que es considerada un arma biológica muy poderosa. De hecho, poco después de su descubrimiento, en plena Segunda Guerra Mundial, la ya desaparecida Unión Soviética utilizó la Tularemia como arma contra el ejército alemán que se encontraba en Stalingrado (actual Volgogrado) durante la llamada Batalla de Stalingrado (1942-1943). Lo que no sabían los soviéticos era que sería tan contagiosa y podría volverse en contra de ellos. Las bajas fueron muy cuantiosas en ambos bandos.
Afortunadamente la bacteria tiene una debilidad, y es su sensibilidad a la luz del Sol, por lo que media hora de exposición solar sería suficiente para acabar con ella.
Cada día conocemos el nombre de alguna nueva enfermedad o infección que creíamos extinguida y que por el contrario sigue viva y con fuerza, gracias en parte a la emigración e inmigración de las personas.Te recomendamos Pronunciacion de canciones
La tularemia, también llamada “fiebre de los conejos”, es una enfermedad de carácter infeccioso, tan peligrosa como la viruela o el ántrax, cuyos síntomas son muy similares, y habitual en el noreste de Estados Unidos, Europa y Asia.
Fue descubierta en 1911, cuando la epidemia contagió a numerosas ardillas que aparecieron muertas junto al lago Tulare (California, EEUU), lago del que tomó su nombre.
La bacteria que la provoca es la Francisella tularensis y debido a su fuerte resistencia medio ambiental (resiste el frío a temperaturas bajo cero), la convierten en una amenaza para la salud pública. De ahí, que durante los meses de invierno sea más complicado obstaculizar su infección.
Además, se trata de una enfermedad muy contagiosa y aunque reside principalmente en roedores, ratas y conejos, es fácil de trasmitir a través de la inhalación o ingesta de agua o comida contaminada, por la picadura de algún insecto o simplemente con el contacto físico entre una persona y una animal infectado, ya que también puede afectar a animales domésticos y otros mamíferos como aves, reptiles y anfibios.
Su peligrosidad es tal que es considerada un arma biológica muy poderosa. De hecho, poco después de su descubrimiento, en plena Segunda Guerra Mundial, la ya desaparecida Unión Soviética utilizó la Tularemia como arma contra el ejército alemán que se encontraba en Stalingrado (actual Volgogrado) durante la llamada Batalla de Stalingrado (1942-1943). Lo que no sabían los soviéticos era que sería tan contagiosa y podría volverse en contra de ellos. Las bajas fueron muy cuantiosas en ambos bandos.
Afortunadamente la bacteria tiene una debilidad, y es su sensibilidad a la luz del Sol, por lo que media hora de exposición solar sería suficiente para acabar con ella.
¿Qué es la tularemia?
Cada día conocemos el nombre de alguna nueva enfermedad o infección que creíamos extinguida y que por el contrario sigue viva y con fuerza, gracias en parte
meganicho
es
2025-01-30


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