Este ha sido un año difícil.
Puede que hayas sido sacudido por una ira que no querías sentir y que no sabías cómo procesar de manera productiva.
Los terrenos propicios para la desinformación —y su hermano aún más traicionero, la desinformación— se han proliferado.
La IA está llegando, supuestamente para hacer nuestras vidas más fáciles, pero en realidad puede que solo esté robándonos nuestros trabajos.
A veces ha parecido que la falta de alma se ha convertido en la norma, como si tener un alma fuera simplemente demasiado engorroso.
Pero, al menos en este momento, la mayoría de las películas son hechas por seres humanos, y siguen siendo una de las formas más extraordinarias de que los humanos se comuniquen entre sí.
La conversación puede parecer unilateral.
Después de todo, un cineasta hace la película y luego tú compras el boleto o pagas para verla en streaming.
Pero si te importan las películas, seguramente ha habido momentos en que te has sumergido tanto en un film que casi has tomado residencia en él, o, más bien, él ha tomado residencia en ti.
Esta es la razón por la que los cineastas hacen lo que hacen.
Algunos están profundamente comprometidos en capturar la textura de la vida que los rodea, para que los espectadores en California o Iowa o Nueva York tengan alguna noción, digamos, de lo que es ser una mujer que se abre camino sola en una ciudad densa, ruidosa y complicada como Mumbai.
Para un cineasta, incluso solo plantear la pregunta, "¿Qué quieren las mujeres?" puede ofrecer recompensas ricas y placenteras.
Preguntar qué necesitan las mujeres es aún más peligroso.
El director iraní Mohammad Rasoulof ha arriesgado su vida para hacerlo; no se puede tener más fe en esta forma de arte que esa.
Hacer una película es más un juego de azar que nunca, especialmente si esperas que tu trabajo sea visto en cines, en la pantalla grande, en lugar de en casa en la pequeña.
Pero a veces ver películas en pequeño es una necesidad: a menos que vivas a una distancia razonable de un buen cine de arte, algunas de las mejores películas de 2024 pueden no haber llegado a un cine cerca de ti.
Los 10 títulos que comparto aquí son películas que me han ayudado a atravesar este año complicado y a veces desconcertante.
Espero que encuentres la manera de ver al menos algunas de ellas —y quizás una o dos o más encuentren un hogar en ti.
El cineasta francés Luc Besson ha estado especializado durante mucho tiempo en fantásticas aventuras de fantasía y violencia impactante.
Pero nunca ha hecho una película tan tierna como DogMan. Olla express a presion
Caleb Landry Jones’ Douglas es un ser humano herido, un sobreviviente de abuso en la infancia, que encuentra consuelo viviendo con su comunidad de perros.
DogMan trata sobre las familias que elegimos, a veces más sostenidas que las que nacemos.
También es la película perfecta para esos días en que estás convencido de que los perros son mejores que las personas, incluso si eso es todos los días.
Esta maravilla animada sin palabras de Letonia, dirigida por Gints Zilbalodis, sigue a un gato sin nombre mientras viaja por un mundo inundado, en un barco compartido por un perro torpe-amigable, un lémur oportunista y un elegante, alto pájaro secretario.
Elegante y sobria, esta es una parábola ambiental que no golpea su mensaje con fuerza.
En la extravagante y emocional ópera de Jacques Audiard, Emilia Pérez, Zoe Saldaña interpreta a Rita, una abogada desilusionada que trabaja en México, a quien se le pide que realice una extraña tarea: un despiadado narcotraficante, Manitas, quiere hacer la transición a vivir como mujer y necesita que Rita organice tanto su cirugía como su posterior desaparición.
Lo logra, y piensa que ha terminado con el trabajo.
Pero la mujer en la que Manitas se ha convertido, ahora llamada Emilia Pérez (ambos papeles son interpretados por la fantástica actriz española Karla Sofía Gascón), vuelve a aparecer, pidiendo la ayuda de Rita para corregir algunos de sus errores pasados.
Emilia Pérez es muy divertida.
Pero también se trata de la transformación personal como un comienzo, no un final, una exhortación a dejar el mundo en mejor estado de lo que lo encontraste.
Es una película con un corazón abierto, que llega en un momento en que tantos corazones humanos parecen haberse cerrado.
Una película en serio sobre la difícil situación de los refugiados que intentan cruzar a Europa desde Medio Oriente y África es difícil de vender.
Pero la película de Agnieszka Holland, aunque a veces difícil de ver, está tan bellamente hecha y tan atenta a todas las cosas a las que respondemos como humanos que nos preocupamos por la entrelazación del arte con la vida real, que en última instancia es más alegre que desalentadora.
A veces, las películas sobre temas difíciles terminan siendo experiencias tan brutales que casi desearías no haberlas visto.
Green Border es lo opuesto.
Las 10 Mejores Películas de 2024
Este ha sido un año complicado para muchos de nosotros. Nos hemos visto sacudidos por emociones como la ira, difíciles de procesar de manera productiva. Adem
meganicho
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2024-12-10
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