En mi medio siglo como columnista o editor de astronomía para Discover, Astronomy, The Old Farmer’s Almanac, NPR y esta página, he escuchado las mismas preguntas girando en torno al origen del universo, la naturaleza de los agujeros negros y la vida en otras partes.
Incluso cuestiones que involucran nuestras propias vidas, incluidas preguntas sobre la conciencia y la muerte.
Y no es solo el público el que quiere saber tales cosas.
La astrofísica dedica amplios recursos tratando de resolver muchos de estos acertijos.
Aún no he visto a nadie sugerir el problema obvio: que podríamos estar usando la herramienta equivocada para el trabajo.
Si alguna vez has tenido un tornillo sobresaliendo media pulgada de un trozo de madera y solo tenías un martillo disponible, rápidamente te diste cuenta de que no serviría.
Necesitabas un destornillador Phillips.
Un par de alicates no ayudaría.
Una sierra circular no sería útil.
Necesitas la herramienta correcta para el trabajo.
Así que considera la tarea de encontrar el origen del universo y, por ende, de nosotros mismos también.
Usando nuestro mejor equipo, observamos que cada cúmulo de galaxias se aleja de nosotros y de todos los demás.
Está ocurriendo a un ritmo consistentemente preciso.
Por cada millón de años luz adicionales de distancia, los cúmulos de galaxias retroceden 13 millas por segundo más rápido.
Todo lo que tenemos que hacer es retroceder por sus trayectorias y vemos que todo debe haber estado en un solo lugar hace 13.8 mil millones de años.
Claramente, el universo se originó entonces y allí.
Y si eso realmente sucedió, las microondas deberían estar emitiéndose de manera uniforme desde todo el cielo —y eso es exactamente lo que vemos.
Además de todo eso, deberíamos detectar una proporción específica de los elementos hidrógeno, helio y litio.
Eso es exactamente lo que encontramos.
Juntando todo, se elimina toda duda.
El Big Bang definitivamente ocurrió.
Solo hay un pequeño problema.
Eso significaría que todo el universo surgió de la nada.
Y la lógica dicta que simplemente no se puede obtener nada de una verdadera vacuidad.
Lo que significa que el Big Bang no pudo haber sucedido.
Así que la respuesta científica veraz, usando nuestra mejor ciencia actualizada, es que el Big Bang tuvo que haber sucedido.
Y, además, el Big Bang no pudo haber sucedido.
Lo que acabas de leer es un resumen factual.
Nada de ello ha cambiado en décadas.
Entonces, ¿qué podemos hacer con esto? Cuando abordar la misma pregunta siempre produce una respuesta absurda, una posibilidad es que se haya utilizado la herramienta equivocada para el trabajo. Blog sobre música Rock
Necesitamos ese destornillador pero solo tenemos el martillo.
El tema de hoy es: ¿cuáles son las herramientas alternativas? Las que utiliza la ciencia siempre emplean lógica y matemáticas.
Estos funcionan espléndidamente en innumerables actividades como la ingeniería aeronáutica y el empalme de genes.
La lógica opera de manera simbólica o dualista, lo que significa que las palabras o conceptos representan cosas que no son ellas mismas.
La palabra pimienta no es realmente pimienta, por ejemplo.
Pero aunque este proceso simbólico funciona espléndidamente, relativamente pocos parecen ser conscientes de que, aunque la lógica es ubicua, no es la vida real.
A los antiguos griegos les gustaba discutir sobre esto tomando lados acalorados en el argumento sobre si “tres” es real o meramente una idea mental.
En cualquier caso, la lógica supone que el oyente está familiarizado con el objeto expresado por su símbolo.
Así como no puedes transmitir el color verde a una persona nacida ciega, hay áreas de la cosmología que están completamente más allá del alcance de nuestra experiencia.
Esto significa que algunas de las cuestiones más profundas de la existencia no pueden ser entendidas a través del simbolismo, de modo que la lógica debe fallar en tales aplicaciones.
La mayoría de nosotros, por ejemplo, nos encantaría saber si hay una experiencia consciente plena después de que el cuerpo muere.
Otros se preguntan si una inteligencia subyacente omnipotente llena el cosmos.
Y, para muchos, si tal poder es personal, contactable e incluso receptivo.
Pero ni la lógica ni los llamados libros sagrados ofrecen respuestas concluyentes para los inquiridores que son debidamente escépticos.
¿Estamos entonces de vuelta al punto de partida? A lo largo de los siglos, muchos llamados sabios estudiantes de tales cuestiones, especialmente en Oriente, afirmaron que todos son capaces de tener una experiencia plena y directa de la naturaleza del universo, ya que, como las manzanas que brotan en un árbol, nosotros mismos contenemos la esencia del cosmos.
Tal estado revelador de conciencia es tan valorado en la filosofía oriental que las religiones allí giran en gran parte en torno al esfuerzo individual para alcanzar esa experiencia y así percibir la verdad absoluta del universo.
Conocida por muchos nombres como Satori, Samadhi, conciencia cósmica, realización del yo y despertar, la experiencia, ac
Misterios irresolubles
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meganicho
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2024-11-14
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