En enero de 1989 un avión Boeing se estrelló en el aeropuerto de East Midlands, Inglaterra, mientras practicaba un aterrizaje de emergencia; el impacto acabó con la vida de una tercera parte de los pasajeros. Cuando los que se salvaron fueron siendo intervenidos por los médicos, encontraron que aquellas personas que se ‘protegieron’ (se taparon la cabeza, sus partes vitales, se agarraron fuerte al asiento…) fueron aquellos que sobrevivieron; sobre todo aquellos que se colocaron con la cabeza inclinada hacia adelante, con los pies plantados en el suelo, sin importar dónde te coloques en el avión.
La Administración Federal Estadounidense de Aviación ha estado utilizando maniquíes para estudiar las posiciones en accidentes desde 1967. Si bien las posturas recomendadas han variado poco en los últimos años, el factor clave no ha variado: es mejor agachar la cabeza hacia el suelo que tenerla frente al asiento de delante. Esto, según creen, te ayuda a presionarte a la parte posterior del asiento y, teóricamente, reduce el riesgo de muerte «por impacto secundario», en el que la cabeza azota el asiento de delante, siendo una superficie rígida.
En accidentes de tráfico, aún teniendo menos tiempo que en el supuesto caso de un accidente aéreo, los reflejos también valen oro. Un estudio encontró que, al menos, la mitad de víctimas de colisiones frontales se salvaban apretando sus cabezas y su torso hacia el asiento y poniendo las manos entre el volante o el salpicadero. Mientras que esta protección puede aumentar el riesgo de romperte un brazo o una pierna, ayuda a evitar que la cabeza o el pecho sufra lesiones más graves.
En enero de 1989 un avión Boeing se estrelló en el aeropuerto de East Midlands, Inglaterra, mientras practicaba un aterrizaje de emergencia; el impacto acabó con la vida de una tercera parte de los pasajeros. Cuando los que se salvaron fueron siendo intervenidos por los médicos, encontraron que aquellas personas que se ‘protegieron’ (se taparon la cabeza, sus partes vitales, se agarraron fuerte al asiento…) fueron aquellos que sobrevivieron; sobre todo aquellos que se colocaron con la cabeza inclinada hacia adelante, con los pies plantados en el suelo, sin importar dónde te coloques en el avión.Te recomendamos Mejores Páginas de Contactos | Opiniones y Análisis 2023
La Administración Federal Estadounidense de Aviación ha estado utilizando maniquíes para estudiar las posiciones en accidentes desde 1967. Si bien las posturas recomendadas han variado poco en los últimos años, el factor clave no ha variado: es mejor agachar la cabeza hacia el suelo que tenerla frente al asiento de delante. Esto, según creen, te ayuda a presionarte a la parte posterior del asiento y, teóricamente, reduce el riesgo de muerte «por impacto secundario», en el que la cabeza azota el asiento de delante, siendo una superficie rígida.
En accidentes de tráfico, aún teniendo menos tiempo que en el supuesto caso de un accidente aéreo, los reflejos también valen oro. Un estudio encontró que, al menos, la mitad de víctimas de colisiones frontales se salvaban apretando sus cabezas y su torso hacia el asiento y poniendo las manos entre el volante o el salpicadero. Mientras que esta protección puede aumentar el riesgo de romperte un brazo o una pierna, ayuda a evitar que la cabeza o el pecho sufra lesiones más graves.
Protegerte de un accidente aéreo; ¿sirve de algo?
En enero de 1989 un avión Boeing se estrelló en el aeropuerto de East Midlands, Inglaterra, mientras practicaba un aterrizaje de emergencia; el impacto acabÃ
meganicho
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2025-01-30


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